miércoles, 21 de agosto de 2019

Bitácora ancestral - Dorancé Ramírez Colina




Los relatos confluyen en el mismo hecho inevitable: la muerte. Tú, como patriarca de mi lado paterno, ocupaste el trono reclinable y lleno de cojines que la edad y el buen retiro te hicieron merecer.

Te conocí pequeñito, aunque en las fotos de juventud lucías alto y rubio. Pequeño, cojito y calvo (contaste con el extraño récord de ser el primer reemplazo de cadera del país). Eras inquieto y devoto de plantar pendejadas en el patio. A lo último, te nos volabas en el campero y sabíamos que eras tú, porque no se alcanzaba a ver al conductor.

De ti heredé una chaqueta de pana y el resabio de guardar el papel regalo para después. En tu sonrisa infantil siempre encontré reposo y complicidad. En tu regazo había muletillas de paisa viejo y un calorcito acogedor, de ese que sólo emanan los abuelos.


viernes, 8 de noviembre de 2013

A Judy Garland



Popayán, 2 de mayo de 1993

Querida Judy:

Nací en un párrafo, gran inicio, lo que podría llamarse un polvo fugaz contra un murito a medianoche. A veces, siento una envidia terrible de los demás mortales que no son capaces de recordar los coitos de sus padres. Fui testigo, y tengo memoria de ello, del escupitajo de semen que me dio origen. Sé, de primera mano, las blasfemias que mamá pronunció en el instante vil cuando papá no avisó y, ¡pum!, adentro el asunto.

Hubo otro como yo. Un tal Óscar, polaco él. Pero le llevo ventaja porque yo sí sé quién es mi padre. No lo puedo negar porque salió muy parecido a mí, además de ser buena gente.

Y aquel párrafo inicial, compacto y coherente, anda perdido entre los tachones que va haciendo esta vida. El primero fue el de la elocuencia. Desde siempre, aún antes de ser cigoto, supe que mi destino estaba amarrado al fluir de las palabras. Los pensamientos son el agua de un río que se va estrechando conforme tiene que cincelar la roca. La fuerza de la corriente es el lenguaje y los remolinos, mis palabras.

Quería decirle a papá que su postura frente al estatuto de seguridad era un tanto débil, pero mi cuerpo neonato sólo expulsaba gritos desgarradores. Para cuando mi aparato fonador empezaba a adecuarse, Turbay ya no era presidente. Mamá escuchaba mi llanto y acercaba el seno izquierdo para que yo bebiera. Le agradezco, aunque nunca tuve hambre. Lo que hacía era recitar a Whitman y, por eso, mi garganta limitada soltaba chillidos.

Porque soy un espíritu que aguardó la eternidad para llegar a este cuerpo. Esperé durante explosiones y refracciones a que llegara mi turno. Se han equivocado los que adjudican el limbo a las almas indecisas. Es al contrario: los espíritus de los hombres, las mujeres y las cosas están en ese almacén hasta que suena el aviso. Y eso es la eternidad. Un canto a mí mismo desde el principio del cuento, tiempo en que fuimos creados Whitman y yo.

Sin embargo, cuando abandone la casa de vísceras que hoy ocupo, seguiré siendo y estando hasta un nuevo ciclo o una nueva lectura, si así se prefiere. No hay reencarnación, sólo un lento desvanecer hasta que el destino ordene, con letras de molde: FIN.

Como siempre tuyo,

XXX.
  

martes, 30 de julio de 2013

El día H


         Los pájaros ya tenían ganas de rebelarse, pero no fue sino hasta ese día que decidieron dejar de volar.
         Meses atrás, el Servicio de Inteligencia Ornitológico, SIO, empezó con los preparativos de lo que se denominó el “Día H” (H de huevo, claro está). Se reclutó un buen número de machos de todas las especies, menos a los palomos por objetores de conciencia. Los pingüinos y avestruces, a última hora, optaron por la neutralidad.
         Agentes encubiertos llegaron a los bosques y a las granjas. Comandos especiales hacían labor de doctrina antihumana y en las zonas urbanas, los muros empezaron a pintarse con efigies de Condorito y consignas efervescentes: “¡Arriba los que pueden volar por sí mismos!”, “¡Los hermanos Wright son unos copiones!”, “¡Fuera del aire cochinos mamíferos!”.
         En los gallineros se impartió la orden de continuar con la postura de huevos y la persecución de lombrices con el fin de despistar al enemigo. Después de la victoria final ya habría tiempo para el patinaje sobre hielo. Del mismo modo, las aves carroñeras debían aguantar un poco antes de dar rienda suelta a su verdadera pasión: las pastillas de menta y el vino helado.
         Los campos de entrenamiento operaban ocultos entre la manigua de la ceguera omnipotente de los hombres. Los galpones (decorados con retratos del Pájaro Supremo, pintados en los días en que el Excelentísimo fue infiltrado en la farándula humana) albergaban a la tropa dividida en dos escuadrones: la división Alfa o “Temeraria”, conformada por los que podían volar más alto; eran los encargados de la artillería pesada y por ello se alimentaban con semillas para asegurar la consistencia de los misiles. Y la división Pi o “Irracional”, conformada por los menuditos que podían ir a alturas medias y a ras de piso; su alimentación se basaba en ciruelas, leche de vaca y avena en hojuelas con el fin de procurar una carga rápida y de consistencia pastosa.
         Existía un tercer grupo que era el de los que no volaban. Los pingüinos y los avestruces, como ya se dijo, se quedaron en sus casas, pero las gallinas participaron con pundonor en las labores de comunicación.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (8)




Good Night
(Lennon / McCartney) 


Dormir poco no es un tormento para mí. No sé de dónde saco la energía reparadora como para amanecer sin malestares. En todo caso, si por algún motivo quiero dormir y no puedo, recurro a tácticas repetitivas. La idea es no tener que levantarse de la cama para buscar un atlas. El único libro disponible es la Biblia, de ser posible, la Vulgata de San Jerónimo.

Los libros más entretenidos del antiguo testamento son el Génesis, Éxodo y el de los Jueces. Por eso evado sus historias y trato de sumergirme en el Deuteronomio, para ir sintiendo la modorra que produce esa lista de leyes judías...

martes, 15 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (7)



Revolution 1
(Lennon / McCartney)


Misterio geográfico
Aparece volcán japonés en pleno departamento del Cauca


La peculiar figura del monte Fuji fue vista, esta madrugada, en el lugar donde usualmente está el volcán Puracé.

Desde la mañana de ayer, el pico nevado protector de Tokio fue divisado en los Andes colombianos a la altura del parque natural Puracé. Este cambio, calificado como “sorprendente” por funcionarios de Ingeominas, fue reportado por una llamada anónima y ya reúne la atención de científicos de todo el mundo.

Un primer comunicado de la Casa de Nariño explica que “no hay que tener miedo. Sólo se trata de un holograma proyectado por el terrorismo de oposición para hacer quedar mal a los pinches volcanes locales”. Agrega, además, que no puede tratarse del monte Fuji en persona. El canciller ya ha telefoneado al lejano oriente y le contestaron que el volcán sigue en su sitio.

Por otra parte, camarógrafos del canal Discovery trabajan intensamente en la preparación del documental, “Operación Fuji”, rodado íntegramente en el volcán del Totumo. 

lunes, 14 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (6)





Piggies 
(Harrison)

Mi mujer me dejó un recado donde dice que Triple Equis no le parece ya una opción para un personaje. En esa tónica, tomé un papelito e hice lo propio.
En mi mensaje le pregunto, “¿Por qué?”


Birthday 
(Lennon / McCartney)

Soy del signo de piscis, pero debería ser cáncer porque, aunque no parezca, soy tímido. Eso sí, aclaro que no creo ni ando pendiente de la influencia de los astros en mi rutina. De golpe le creo a la luna por eso de las mareas y porque a veces, si me trasnocho, la barba crece más rápido...

viernes, 11 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (5)




Wild Honey Pie
(Lennon / McCartney) 


¿Qué tal? Mucho gusto. Triple Equis, la segunda con hache intermedia… Bonito nombre, así se llamaba una hermana de mi bisabuela… No mucho. Es que venía un poco tarde y aceleré el paso. ¿Qué vas a pedir?... No, yo quiero un café doble… Hoy hizo calor todo el día; parece que va entrando el verano… A mí también, y ojalá dure para poder ir a piscina.

jueves, 10 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (4)

I Will 
(Lennon / McCartney) 

Son increíbles los diversos matices del amor. A uno ese sentimiento parece invadirlo por etapas, a tal punto que la primera dimensión que aparece es la mística. 

El primer signo de amor es la contemplación; una especie de etnografía, pura observación no participante, dada la coincidencia de que el objeto del deseo es un desconocido. 

miércoles, 9 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (3)

I’m so Tired 
(Lennon / McCartney)

Dormir poco no es un tormento para mí. Lo mismo es comer o beber. A veces, parece que no he dormido lo suficiente y pestañeo en el colectivo. He llegado a tomar siestas hasta de media hora y poco ha faltado para que me pase del paradero.

Por lo demás, no ando por ahí con cara de sueño y lagañoso. Me considero, más bien, un tipo activo y aseadito. Tampoco uso chancletas ni el pelo suelto. Lo llevo largo hace años, pero siempre lo mojo en las mañanas para no dar impresión de porquería.





martes, 8 de mayo de 2012

Álbum blanco (versión atravesada de Triple Equis) (2)




The Continuing Story of Bungalow Bill
(Lennon / McCartney)


Cuando sale a cazar tigres con su escopeta de matar elefantes, Triple Equis deja bien cerrada la puerta de su alcoba. Luego, al amanecer, recoge los restos de felino que se le enredan entre las piernas.

Han caído siete y el trabajo de quitarles la piel da escalofríos. Es aterrador recordar la refriega y cómo los tigres le clavaban las garras. La escopeta se ha ido poniendo vieja y, a veces, se traba haciendo necesario el uso de aceite para aflojar los resortes. Lo peor es que el cañón es de un solo tiro, recargable cada quince minutos.

Hace tiempo, en caso de accidentes, solía llamar a su mamá. Ella venía y le decía que todo estaba bien porque el Capitán Maravilla vendría a socorrerlo. Ahora, cuando la escopeta se traba, no puede llamar a nadie. Le toca a él solo sacudir su arma hasta que sale el disparo.

De repente, siente unas ganas terribles de dormirse abrazado a sí mismo.