martes, 29 de noviembre de 2011

Autorretrato #1

Mujer ante el sol (Joan Miró)

Estas manos pequeñas, perfumadas con el humo del tabaco que se eleva, inclinándose un poco en la dirección del viento, son las manos que uso en caso de ataque de tigres invisibles. Las uso para cubrirme la cara después de comprobar que no tengo garras. Me sirven para alzar el peso agobiante de la cuchara sopera llena de sopa y de vez en cuando para dar cuchilladas al cadáver de una vaca. 

Uso las manos todo el tiempo, ya sea de reloj o de visita. Las traigo pegadas a los antebrazos de suerte que no las dejo olvidadas en el bus. Me sirven de mucho, pero yo no a ellas. Un día hice el deber de dejarlas quietas y ahora sé que no se mueven por mi voluntad. Mis manos, que son dos, perfumadas con el humo del tabaco y el sudor de los dedos, son las que uso para aferrarme al sol. 

El sol, esa estrella picante en invierno y madre en verano.


No hay comentarios: