Hace unos días obtuve, por fin, el permiso de Boris para subir sus escritos a este espacio. Siempre ha sido celoso con lo que hace, pero sobre todo, ha sabido tener un fuerte sentido de la autocensura que lo impulsa a escribir mucho y mostrar poco.
Ahora, This is the pencil of Esther Píscore, tiene el privilegio de echerse la soga al cuello con este experimento. Invito a Boris Marín para que sea leído íntegramente, dada la circunstancia de que publicaré toda su obra en el transcurso de estas semanas para gloria del autor y encarte del público. Ya se han visto en este blog los primeros capítulos de una de sus novelas cortas. Pues bien, iré poniendo, no solo esta, sino todas sus novelas.
También, cabe mencionar, que estas páginas son publicadas como un pequeño y grosero homenaje a nuestra amistad. Antes de desaparecer (lo hace cada cierto tiempo), me confió sus notas con la promesa de incinerarlas.
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