domingo, 6 de junio de 2010

Retrato de Lucía



A Sara, antes de nacer.
La monita lleva por dentro el acoso de una naturaleza caprichosa. Siendo el ser más dulce conocido por estos lares se ve, paradójicamente, privada del paladeo del mecato. Pero eso no importa porque es gordita, blanquita y de cachetes colorados. Parece sacada de una propaganda de leche suiza y cortada con la misma tijera que sacó el molde de las campesinas tirolesas.

Quisiera verla vestida como una matrioshka rusa, sobre todo ahorita que tiene la barriga llena de vida.


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