Me gusta que tu nombre se me olvide para terminar llamándote como una peripecia culinaria, de esas que algún antepasado marroquí le enseñó a los míos hace siglos.
Me encanta la soberbia propiedad con que tomas el espacio cuando llegas. Quiero decir, el tiempo justo para abrir los ojos y mirar y sonreír al universo entero. Del año, mi estación favorita es la primavera y a tu paso, la vida me regala una tajadita, acá, en este trópico inmisericorde y caprichoso.
Y me fascina la juventud que te rebosa los poros, que no es de los años, sino del alma y que será eterna. Un rato de tu presencia hace las veces del más poderoso estimulante que alegra y sintoniza los sentidos en una frecuencia extraña, pero intensamente feliz.
3 comentarios:
Uyyy Hermano....Anonadado.
Se lo puedo enviar a un pedazo de primavera mío????
Hágale, sin vergüenza
Nadie merece más tan bellas palabras...
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