viernes, 1 de agosto de 2008

Teografía breve

Este es el triste final de un día sin fortuna, de veinticuatro horas marchitas pasadas por humo de máquina discotequera.

Apunto en el cuaderno de los finales, this is the notebook of Esther Piscores's endings, pese a que el día no es invento mio, sino de un dios que me hizo a su imagen y semejanza. Pobrecito. Tartamudo y flaquito, jorobado y débil. Pobre dios. Si me lo encuentro por ahí le hago el favor de creerle.

Pero es que no es pobre porque es dios y en vez de tartamudear, escribe lo que quiere decir en papelitos de colores y los pega en la nevera para que la mamá se acuerde de no fritar demasiado el huevo. Cuando el huevo le queda muy frito, dios se pone triste y llora y no come. Y claro, la mami nunca lee los recados sino que pregunta y se enoja si dios no le contesta. "Así no se puede mamá", piensa desconsolado y vuelve a su cuarto para seguir dándole forma a los mocos que se saca de puro aburrimiento e inexorable, sacrosanta gripa.

No hay comentarios: